"la belleza de la vida radica en los pequeños momentos, en los instantes que un persona hace que te marquen para siempre" ...
Lo que tu mundo encierra en...
... y desde que he caido en la cuenta que sobre el planeta existen muchas mentes mas que piensan diferente a la mia, he vivido mas tranquilo.
Bienvenida
viernes, 12 de mayo de 2017
viernes, 5 de mayo de 2017
Somos seres agónicos
...con cariño, el Maestro!
martes, 4 de abril de 2017
domingo, 14 de marzo de 2010
...una decisión - La Isla de la balanza-
Encerrado en un cuarto de ángeles estoy, estoy porque aún tengo la fortuna de estar, estar simplemente por estar ya que me es imposible fingir lo que siento y que a la vez siento no poder expresar, expresar el incongruente flujo de sensaciones que pasan, que pasan siendo como armas letales, las cuales no sé como describir, describir al verdugo que me tortura y me extorsiona, me extorsiona saber eso porque creo estar siendo la victima que jamás imaginé torturar.
11a. Historia
2a. Etapa
Poncho Knox
domingo, 11 de octubre de 2009
...una Carta -A quien corresponda-
Querida Lucía:No!, no puedo comenzar de esa manera, es algo tonto y absurdo ya que lo que menos quiero que sepa es que mientras intento escribirle, algo profundamente triste intenta consumirme llevandose lo poco que queda de mi. La última carta que le escribí jamás se la dí, quería que fuera un secreto, uno de tantos que...
Esta tarde mientras apreciaba el atardecer...
Lucía es aquella chica sencilla, de sonrisa encantadora y ojos fascinantes, portando del virus de la pasión y la enfermedad de la alegría, vive inundada de amistades, pasiones y fantasía, sin pedirle algo al mundo ajeno, puede hacer del suyo uno extraordinario, bello y eterno. Y es entonces cuando entro en crisis y contradicción al no saber si realmente me la merezco o si es uno de esos caprichos que tanto detesto pero... pensandolo bien, se está convirtiendo en una gran asesina de mis ojos, de mi alma y de mi vida... ¿por qué me sonrie de esa forma? ¿por qué me ve y hechiza? ¿por qué me toca y me paraliza? ¿por qué no puedo ser yo mismo, cuando es ella misma?
El problema comienza cuando al intentar escribirle una oración brotan mil desde el fondo de mi corazón matando el hecho de no saber ni de mi tiempo, ni de mi espacio, ni de mi razón; me es muy difícil escribirle todo esto que siento, no quiero aburrirla, invadirla ni persuadirla, quiero que sepa con una o con mil palabras que siento algo muy lindo por ella que me llena de ilusión, que es algo increiblemente cierto y que me temo que no es simplemente pasión.
Recuerdo que no fue casualidad conocerla, mucho menos azares del destino, fue algo que ambos provocamos, algo que no se de donde vino, ese algo que te impulsa a hacer cosas inimaginables, a moverte por espacios inestables, a decir cosas absurdas pero aceptables; es el hecho de desconocerse a sí mismo, de trasladarse a un mundo lleno de locos, de ir contra la corriente de no saber que es lo que en sí está pasando, es el querer mover cualquier objeto con el simple sentimiento. Entonces esto no se puede quedar así, ella tendrá que recibir la carta que pienso escribir, la que me abrirá las puertas o la que me enviará al exilio. Dar el siguiente paso, no es fácil, pero no darlo puede ser insensato."El problema acabaría si al decirle amor, ella me respondiera: "lo siento, amigo"... mi mundo y mi tiempo se detendrían si al decirle amor, ella me dijerá: "dime, amor mío!"
Querida Lucía:
Heme aqui escribiendote las palabras que cierto día crei no escribiría...
10a. Historia
2a. Etapa
Poncho Knox
domingo, 12 de octubre de 2008
...una pregunta -Mi gran amigo, mi gran amor-
[Recuerdo aquella vez, cuando nos conocimos, la recuerdo tan bien como si hubiese sido ayer, mi familia y yo teníamos apenas dos semanas de habernos mudado a este lugar, era viernes por la tarde y las hojas de los árboles revoloteaban junto con el viento del otoño que nos cobijaba mientras allá afuera, en la mente de los demás, reinaban el rencor, las guerras y nada más.Teníamos la edad, de la sonrisa, de la alegría y de la paz, ella llevaba un vestido bello como su rostro, puro como su alma y blanco como su ingenuidad, yo vestía el mismo overol de todos los viernes, pero creo que ella no se fijó en eso, porque no dejaba de asombrarse por mi cara de felicidad. Me invitó a jugar con ella, acepté y pasamos toda esa tarde juntos, después, ya cansados, terminamos sentándonos frente a la puerta de su casa, platicando de cosas tan simples pero tan complejas y fantasiosas a la vez, que sólo cuando somos niños solemos decir.
Desde aquel entonces, Anna y yo solíamos salir por las tardes a jugar, a inventar cosas nuevas, a imaginar vidas diferentes, a reír o simplemente a sentarnos y platicar de mil y una estupideces frente a la puerta de su casa. Era entonces cuando solíamos decir infinidad de frivolidades, como que nosotros jamás besaríamos a alguien del sexo opuesto en nuestras vidas, al menos yo, deje de opinar eso cuando ella me dio un beso por primera vez en la mejilla... Conforme fuimos creciendo, los juegos, las risas y las pláticas fueron tornándose más intensas, interesantes y divertidas, sin darnos cuenta, éramos el uno para el otro aquel gran amigo o amiga que todos alguna vez deseamos tener; todos los viernes me contaba de algún chico nuevo que había acabado de conocer, nunca me dijo algo sobre algún interés en alguno de ellos pero como buen amigo, siempre trataba de aconsejarla, guiándola por el buen camino; confiaba mucho en mi, ya que yo era como su diario personal, donde ella anotaba todo... hasta con lujo de detalle. En una noche de esas, fue cuando me abrazó y me dio las gracias por ser quien era para ella, "su mejor amigo", recuerdo haberle dicho que la amistad que sentía por ella, era como la rosa de su jardín, que ella solía regar a diario y procurar siempre por su bienestar.]
...volteo a verla y ahora tiene la columna recta, el cuello erguido y los ojos cerrados, y mientras noto su pausado pero profundo respirar, me envuelven unas ganas terribles de acercarme, abrazarla, darle un beso y confesarle de una vez que todo lo que ahora siento ya no es simplemente una gran amistad como antes, sino un profundo amor que no me deja en paz. ¿Estará arrepentida? o ¿por qué le escurre esa lagrima por el rostro? debo dejarla que piense un poco mas, que se tome el tiempo necesario, pero también tengo ganas de salir corriendo y olvidarme de una vez de todo esto y volver al ayer, cuando todo era perfecto...
[La primera vez que la vi llorar fue mientras me reclamaba por que el día anterior no había salido a jugar, cosas tan simples... pero ella creía que me había pasado algo malo, poco tiempo después, entendí que el llanto no era por coraje ni por capricho de tenerme a su lado, sino porque había llegado a pensar que quizás no me volvería a ver sonreír ni una vez más.]
...con una cara de desesperación, angustia y desconcierto paso mi mano derecha por mi cabeza mientras observo como una pequeña hormiga, lleva el alimento a su hogar...
[Esa vez no era una hormiga, era yo, no era alimento, era una flor, tampoco era un hogar, quizás pensaba, muy en el fondo, llevársela a mi futuro amor; sí, ella había recibido honores en la escuela por sus sorprendentes notas y es ahora cuando pienso que tome eso como pretexto para pintarle una sonrisa más con aquella bella flor.]
...una vez más dirijo todos mis sentidos hacia ella y noto como mi corazón, comienza a latir cada vez mas rápido, no parpadeo y degluto una enorme cantidad de nervios... todo esto es por el simple hecho de que también ella ha puesto toda su atención en mi dejándome perplejo sin oportunidad de movimiento alguno; nuestras miradas se cruzan intercambiando sensaciones jamás antes sentidas por alguno de los dos, no hace frió pero comienzo a temblar, ella derrama una lagrima más pero aun así no me deja de mirar, presiento que en cualquier momento un inmenso llanto la puede hacer estallar y siento eso por que algo en mi también comienza a consumirme, dejándome sin poder respirar.
Y es ahora cuando mi "yo" sucede sin que mi "mi" pueda reaccionar al golpe tan fuerte que acaba de recibir porque me acaba de hacer una pregunta que pensé que jamás llegaría a oír...
¿Quieres ser el amor de mi vida, sin dejar de ser mi viejo y gran amigo?
domingo, 28 de septiembre de 2008
...una obsesión -Un amor espontáneo-
En esa casa vive una pareja bastante adulta con su hija, normalmente los señores no están entre semana, podría decir que ella vive prácticamente sola, se llama Paulina y tiene aproximadamente la misma edad que yo; es una chica realmente guapa y muy atractiva... aún no la conozco pero... su nombre pues... me lo sé porque una vez le gritaron tan fuerte que me despertaron de uno de esos sueños tan fantásticos que suelo tener; Paulina tiene un coche muy bonito y todas las mañanas al estar cerrando la puerta de mi casa, ella siempre sale corriendo de la suya, aventando sus cosas al coche y arrancándolo tan violentamente que estoy seguro que se le hace tarde para llegar a tiempo a su universidad. Es increíble la velocidad con la que hace todos esos movimientos, pero aún así me he percatado muy bien de unas cuantas cosas, Paulina no tiene el cabello lacio y sin embargo siempre sale con el alaciado perfecto, al salir corriendo, ella sabe que siempre estoy saliendo de mi casa al mismo tiempo que ella sale de la suya, y no se si es inercia o qué, pero siempre me dispara una sonrisa que, siendo sincero, me mata porque, como ya he dicho, ella es muy atractiva, gracias a esa sonrisa, me he dado cuenta que el maquillaje que porta siempre es impecable, jamás le he visto un grano en la cara, y las pinturas que usa para los ojos y los labios deben ser mágicas porque se le ven sorprendentemente magnificas; estoy casi seguro que tiene un enorme guardarropa, porque siempre sale con algo nuevo sobre el cuerpo; debe tener seguramente también muchos pretendientes, pero casualmente nunca he visto a ninguno de ellos llegar a su casa.
Después de que se me hizo raro ver apagada la luz del cuarto de Paulina, baje a desayunar algo rápido, porque se me estaba haciendo algo tarde, tomé mis cosas, giré la perilla de la puerta principal de mi casa pensando en que al dar un paso afuera, me encontraría con Paulina, voltearía y la vería lanzándome nuevamente una sonrisa como apenada porque se le ha vuelto a hacer tarde, salí de la casa, cerré la puerta, voltee a ver que pasaba y había una enorme tranquilidad en la casa de ella, enseguida voltee a ver el calendario pensando que quizás me había equivocado y que hoy era talvés sábado pero no, era miércoles y su coche estaba estacionado como todas las mañanas frente a su casa, no le tomé mucha importancia y continué con mi trayecto rumbo a la universidad. Después de una hora, comencé a pensar en Paulina, porque a pesar de ser una chica aparentemente superficial e impuntual, cumplía siempre con esa rutina matutina de la que yo también había llegado a formar parte, regresé a mi casa por la tarde y su coche seguía en el mismo lugar, me dio curiosidad por ir a tocar la puerta de su casa y preguntarle si las cosas estaban bien, pero decidí no ir, pues quizás se había quedado dormida. Pasó el jueves, el viernes y no la había vuelto a ver por las mañanas, cosa que aumentaba más mi intriga, espere a que llegara el lunes, volví a salir de mi casa a la hora de siempre y Paulina... brillaba por su ausencia.
Decidí ir a verla por la tarde, cuando regresara de la universidad, y así fue, iba muerto de nervios porque jamás habíamos cruzado ni una sola palabra, toqué la puerta tres veces y una voz de mujer gritó: -¿Quien?-, yo le respondí: -¿Paulina?- y me dijo: -Si, ¿quien eres?-, -soy.. Isaac, tu vecino-, le respondí con una voz temblorosa, entonces vi como abrió la puerta pero solo unos cuantos centímetros, y me dijo: -Disculpa que no pueda recibirte, pero me siento mal, ¿se te ofrece algo?-, -No, solo vine a ver como estabas porque no te he visto más salir de tu casa por las mañanas como todos los otros días de clases- vi como se abrió la puerta por completo y dándome la espalda me dijo: -Pasa si gustas-, no lo pensé dos veces y con mi mano izquierda le toque en hombro derecho diciéndole: -¿Segura que estás bien?- se soltó a llorar y me dijo que la noche del martes se había aplicado una crema en el rostro, que en lugar de tener un efecto positivo, le había demacrado la cara, tanto que había quedado frustrada y sin ganas de salir a la calle, estaba muy arrepentida de esa terrible obsesión que la invadía por tener un rostro implacable y por verse siempre bien para los demás y no para ella misma, me contó que no tenia amigos porque todo mundo en su universidad la tachaba de niña presumida y superficial, y que los pocos que tenia, los había dejado de ver hace mucho cuando vivía en otra ciudad; no paraba de llorar y me partía el corazón el no saber como poderla ayudar. Sentados en un sillón, la tome entre brazos tratando de colmar toda esa tristeza que desahogaba en lagrimas, le dije que era verdad y que nadie le discutía lo bella que era físicamente pero que hacia falta que ella se creyera cuan inmensamente bella podría ser desde el interior, inmediatamente dejó de llorar y me dijo: -¿Cómo puedo decubir eso?-, -deja que te lo demuestre- le dije y le di un beso tan profundo, cargado de todas esas ganas de amar que llevaba por dentro y que no me dejaban descansar, tardamos minutos involucrados ese instante de amor espontáneo que al terminar, no nos quedaron ganas de decir una sola palabra más.